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Menopausia y aumento de peso: ¿qué pasa con nuestro cuerpo?

Los cambios hormonales suelen provocar desbalances en el metabolismo, que conduce a un aumento de peso abrupto y acumulación de grasa. Conoce más a continuación.


No es una cuestión estética únicamente, es un tema de salud. Muchas mujeres, cuando atraviesan la etapa de la menopausia, presentan un fuerte aumento de peso -incluso obesidad- que complica de manera directa a su salud en general.

¿Qué provoca el aumento de peso?


Los cambios hormonales por sí solos no necesariamente provocan aumento de peso durante la menopausia. En cambio, el aumento de peso suele estar asociado con el envejecimiento, además del estilo de vida y los factores genéticos.

La masa muscular disminuye con la edad, a medida que la grasa aumenta. La pérdida de masa muscular reduce la velocidad con la que tu cuerpo quema las calorías. Esto complica el objetivo que todas tenemos de mantener un peso estable.

Los factores genéticos también son clave. Si tus progenitores u otros familiares cercanos tienen sobrepeso en la zona del abdomen, es probable que te ocurra lo mismo. Otros factores, como la falta de ejercicio, las comidas poco saludables y no dormir lo suficiente contribuyen al aumento de peso en esta etapa. Cuando las personas no duermen lo suficiente, tienden a comer entre comidas y a tener un metabolismo alterado.

¿Cómo combatir el aumento de peso?


  • Aumenta el ejercicio físico. La actividad aeróbica puede ayudar a eliminar los kilos de más y a mantener un peso saludable. A medida que aumenta la masa muscular, el cuerpo quema las calorías con mayor eficiencia.
  • Regula tus comidas. Para mantener tu peso actual durante la menopausia (50 años) necesitas consumir a diario unas 200 calorías menos de las que consumías a los 30 o 40 años. Presta mayor atención a lo que comes y bebes. Elige más frutas, vegetales y cereales integrales. Las legumbres, los frutos secos, la soja, la carne, el pescado o el pollo son buenas elecciones.
  • Evita “tentarte” con cosas dulces. Las bebidas azucaradas, como refrescos, jugos, bebidas energéticas, aguas saborizadas y té o café endulzado suman demasiadas calorías y aportan poco valor nutricional. Lo mismo ocurre con las galletitas dulces, las tortas, el helado y las golosinas.
  • Limita el consumo de alcohol. El alcohol aporta calorías vacías, se incorpora inmediatamente en la grasa adiposa y cuesta mucho su procesamiento.

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