A las pieles grasas les resulta, a veces, difícil mantenerse libres de suciedad e impurezas. Consejos para conservar la piel fresca y radiante hasta el final del día.
Al despertar
Limpiemos nuestra piel del sebo eliminado durante la noche con una solución micelar antimperfecciones. Rica en cinc, aporta a la epidermis una dosis de pureza desde que nos despertamos. Luego, continuamos con un tratamiento embellecedor del rostro que trate las imperfecciones manteniendo los brillos. A pesar de todo, ¿nos siguen molestando los pequeños defectos? Completemos nuestros cuidados de rutina con una BB Cream que afine y homogenice el grano de la piel.
Al desayunar
Durante la mañana, ¿se ha hecho visible una brillantez en las aletas nasales y en la zona T ? Nada de pánico. Seamos tan previsores como los japoneses que no salen jamás de su casa sin pequeñas toallitas antibrillantez. Son ideales para dominar los picos de sebo que nos sorprenden en el medio del día. Es suficiente con colocar una de ellas sobre la zona del rostro donde haga falta.
Al mediodía
¿El día aún no ha terminado y nuestra piel ya acusa signos de fatiga? Decontracturemos nuestro rostro en un minuto con un masaje de relajación.
“Deslizar la mano, una después de la otra de manera rápida, desde la parte inferior del cuello subiendo hacia el mentón para levantar el tejido suavemente pero con firmeza.” Es la recomendación de Annic Lefol-Malosse, Directora del Instituto Vichy.
Si es necesario, retocar con una base de maquillaje compacta correctora que nos permitirá mantener la piel limpia hasta el final del día.
Por la tarde
Antes de reencontrarnos con familiares y amigos, cantemos una canción. Claro que no en sentido literal sino figurado. Este es el truco del cantante: imitemos el zumbido del motor haciendo vibrar los labios uno contra otro. La vibración distiende los músculos faciales y así la piel aparece renovada.
Al final, aplicar un brillo labial rosado o coral para acompañar un buen semblante.