¿Cuánto tiempo por día pasas revisando tu celular? ¿Descansas mal? ¿Tienes una dieta variada y equilibrada? Te contamos cómo todo esto afecta a tu piel.
La rutina del estrés
La cultura "siempre activa" incluye el trabajo después de hora, tomar esa llamada “urgente” los fines de semana y hacer más tareas de las que nos corresponden. Eso se traduce a un estado de reactividad permanente.
Hay una tendencia creciente a desalentar la conexión digital fuera del horario de trabajo. Investigaciones recientes han demostrado que tan sólo dejar de revisar el correo electrónico ya es suficiente para reducir considerablemente los niveles de estrés.
¿Cómo repercute a nivel hormonal?
El cortisol es la hormona del estrés y es sinónimo de problemas cutáneos. Esta hormona inflama la piel y debilita la respuesta inmune. Puede desencadenar o empeorar las afecciones como la rosácea, el acné, el eccema o la psoriasis. Mantener de manera sostenida los niveles de cortisol puede resultar en un envejecimiento prematuro de la piel.
Más allá de los efectos nocivos del medio ambiente (exposición solar y la contaminación), este tipo de estrés permanente y la mala alimentación que viene aparejada con él contribuye al proceso de envejecimiento de la piel.
El papel de la nutrición
La nutrición puede representar hasta el 30% de la formación de arrugas. Mientras más bajo presión estemos, más probable es que busquemos alimentos reconfortantes y adictivos, como los azúcares y el alcohol.
Un consumo excesivo de azúcar se traduce en un tono amarillento en las líneas de expresión, que resulta del proceso de glicación, donde el azúcar se une a las proteínas de colágeno y elastina, tornándolas rígidas e inflexibles.
La solución
La buena noticia es que puedes aprender el arte de desestresarte y lograr una piel perfecta. La Dra. Nina Roos sostiene que: “La clave es la prevención en lugar de la curación, así que no esperes hasta que sea demasiado tarde para comenzar a tratar los signos de fatiga”.
Puedes lograr desestresarte haciendo ejercicio para liberar endorfinas y practicar técnicas de respiración durante momentos tensionantes. Mantén tu piel nutrida de antioxidantes naturales, como la vitamina C y E.